En mi casa mando yo... Y en la tuya, también!!

21.07.2019

¿Sabíais que el 26 de Julio se celebra el Día de Los Abuelos? ¿No???? ¿En serio?????. Vale, confieso que yo tampoco lo sabía, pero el "Hola de la clase media" (Facebook) me lo ha "chivado". Los abuelos y las abuelas no se merecen un día. Se merecerían el año entero!!. Y aun y todo no podríamos llegar a agradecerles suficientemente todo lo que hacen.

Yo tengo una abuela. Se llama Julia y ha cumplido 99 lustrosos años. Y lo mejor es que está estupenda (contando que tiene casi un siglo de vida, claro). Durante mi infancia, mis abuelos han sido un referente para mi. Vivían en un pequeño pueblo al que íbamos casi cada fin de semana (más veranos, Navidades y demás periodos vacacionales). A veces solos, a veces con mis padres.

Guardo un maravilloso recuerdo de mi pueblo e intento por todos los medios crear ese arraigo en mis hijos. Tanto con el que ellos consideran ya "su" pueblo como con "sus" abuelos. Tampoco es que sea un trabajo muy meritorio porque los susodichos abuelos lo ponen fácil. Muy, muy fácil.

Aunque no existan estudios que sustenten mi teoría estoy convencida de que hay un "virus" que afecta a casi todos los abuelos cuando alcanzan ese estatus: se olvidan de muchas de las normas "incuestionables" que nos impusieron cuando ellos eran padres y se vuelven permisivos. Ya no hay obligación de terminar el primer plato para pasar al segundo e incluso directamente al postre..., la crema de cacao no se limita a un día a la semana..., los cojines del sofá se pueden convertir en tiendas de campaña e incluso se puede jugar con la pelota dentro de casa. Y lo mejor, es que cuando les enfrentas a esa contradictoria realidad te dicen que eres tu quien debe poner los límites, que ellos lo hicieron contigo "y no has salido mal, verdad?". Y ante ese razonamiento de perogrullo (el mismo que utilizaba mi abuela con mi madre cuando era mi madre la que le echaba en cara esa misma contradicción) no hay mucho que hacer.

Pero tampoco os llevéis a error. Ni la casa de mi abuela en su momento ni la de mi madre hoy son una anarquía. Evidentemente hay unas pautas, unos mínimos, consensuados con nosotros con el objetivo de remar todos en la misma dirección. La libertad radica en como se desarrollan esas normas a la hora de ponerlas en práctica.

¿A que viene esta introducción? os estaréis preguntando. Pues a que una de las cuestiones que se suele plantear con relativa frecuencia es hasta que punto se pueden establecer normas o pautas de comportamiento que se cumplan en ambas casas. O lo que es lo mismo, si uno de los progenitor está obligado a seguir las pautas que decida establecer el otro progenitor. La respuesta es no. "¿Aunque sea lo mejor para el menor?". Pregunta capciosa a la que suelo responder "Lo mejor ¿según el criterio de quien?" Me explico con un ejemplo inventado1:

"Manuela me llama por teléfono y me dice quiere apuntar a Manolito (que tiene cinco años) a un cursillo intensivo de natación que dura quince días. Todas las mañana media hora. Ese curso se extiende desde el 25 de Julio hasta el 8 de Agosto de este mismo año, correspondiendo la primer semana a su periodo vacacional y la segunda al de Manolo (el padre de Manolito). Precio 80 euros.

- Puedes preguntarle a Manolo si está de acuerdo?-me dice.

-Por supuesto. Lo comento con él- le respondo"

Este curso de natación, tal y como está planteado, es una actividad extraordinaria, que además en este caso afecta al periodo vacacional del padre por lo que es precisa su autorización para que Manolito acuda al cursillo y su connivencia para proceder al pago del mismo. Pero a Manolo le parece una idea excepcional que Manolito aprenda a nadar y dado que no tenía otros planes para esos días acordamos que se apunte al pequeño al cursillo. Hasta aquí perfecto.

"El 2 de Agosto recibo una llamada de Manuela que me dice:

- "Nerea, que tal?. Verás, es que ayer hablé con Manolito. Está encantado con el curso, no veas todo lo que está aprendiendo. No dudo yo que acabe siendo el sucesor de Phelps. Libre, mariposa, espalda.... Un prodigio, te lo digo yo que soy muy objetiva..."

- Ah, pues fenomenal, me alegro mucho.

- Lo único... Verás, es que me dijo que su padre no le hecha "la Mustela2".

- Bueno Manuela, son dos días, igual se está habituando o no ha comprado esa crema, o le está dando otra o....

- No, no, no. Tiene crema, porque yo se la pasé en la mochila. Y sabe que tiene que echársela porque se lo escribí en una nota. Si no se la da es porque no quiere. ¿Puedes decirle que se la de?."

No Manuela, no puedo decirle que le eche la crema al niño. Básicamente porque eso forma parte del ámbito privado de la vida de las personas y nadie puede ir a decirle a nadie lo que tiene que hacer dentro de su casa.

Está bien si a Manuela le parece una buena idea darle crema hidratante a Manolito cuando sale de la piscina. Pero también está bien si Manolo decide no dársela. El hecho de que a nosotros nos parezca que algo es lo mejor para nuestros pequeños, no significa que sea la única opción y por más que nos cueste, hay que aprender a respetar que no tenemos la verdad absoluta, que ser padre o madre es un trabajo muy complicado en el que lo que a uno le parece bien otro puede ver innecesario.

No me malinterpretéis, no estoy frivolizando con un tema que puede ser serio. Lo digo siempre, ante cualquier aspecto referido a un menor que os alerte, que lo pueda poner en peligro, que pueda tener consecuencias graves (o simplemente consecuencias) vamos a dar la voz de alerta. Pero en temas meridianos que carecen de importancia, vamos a mantenernos al margen.

Cada uno marca las pautas en su casa, de puertas para adentro, cuando Manolito esté con su madre será ella quien fije las reglas, será ella quien decida si el niño tiene que comer verduras tres días por semana o si es mejor que se duche por las mañanas. Cuando el menor esté con su padre, no hay obligación se seguir esas rutinas, según los usos, las costumbres y los horarios de la otra casa, Manolito se bañará por la noche o tomará las verduras para cenar. Mientras Manolito mantenga un nivel de higiene adecuado y una alimentación equilibrada, dará igual la vía para alcanzarlo. Otra cosa sería que Manolito no se duchara nunca cuando está con su padre o comiera sólo bollería industrial.

Pero eso sería harina de otro costal, verdad?.

1Es un ejemplo absolutamente sacado de mi prodiga imaginación, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. Más que nada porque hablo de fechas posteriores a la publicación de este post así que aún no se ha producido esta escena

2Marca registrada de crema infantil, que mi madre me echaba cuando salía de la piscina. Mi padre nunca se acordaba ni de llevar el bote. Y doy fe de que, a día de hoy, mi piel no ha sufrido consecuencias por ello.




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